sábado, 26 de noviembre de 2011

Sábado de Adiós en Villa A

A Woodland Stream, 1923, Peder Monsted
La verdad, con todo lo sucedido, no pensaba decir nada más, no le encontraba mucho sentido.  Supongo que me siento cansada, han sido meses de gran esfuerzo, de tensión continua, y ahora, con el súbito desenlace, me siento vacía. Agotada. Pero también he visto los blogs de otros compañeros, de Adela, de Blanca, de Rodrigo... He visto los enlaces a los que ahora guardan silencio y ya no contarán  nada más, los de aquellos que cayeron a lo largo de toda esta historia, como Déborah o Hidalgocinis,  y creo que al menos debo despedirme.

Sinceramente, no sé si es un final. Quizá cambie de opinión mañana y sorprenda a todos con una entrada de esas larguísimas que tanto agobiaron a más de uno. No sé si este blog sigue teniendo sentido, si a alguien que no sea yo le seguirá interesando saber cómo irá mi vida en el futuro, o si es mejor dejarlo en este punto. Ya veré.

Lo que importa, es que hemos vuelto a Villa A, haciendo un camino de retorno que ha sido más breve, y curiosamente más triste. Está todo... distinto. Aunque la amenaza mayor ha desaparecido, aunque Pabrich ha caído, el mundo ya nunca será igual. Hay hordas de zombis dando tumbos por ahí, y demonios que siguen sus propios intereses. Me pregunto si los Edterran seguirán reuniendo almas para permitir el paso de sus Amos. Supongo que habrán quedado grietas por el mundo, que la magia ahora fluirá con mayor fuerza...

No he querido saber más del nuevo orden que quiere organizarse, ni he querido que me implicasen en todo lo sucedido más de lo que ya lo he estado. Prefiero que el mundo piense que Rolando y Rodrigo acabaron con Pabrich, gracias a Espiga de Arroz. Al fin y al cabo, el poco mérito que pudiera tener, ni siquiera fue realmente mío. Cuando estás tan desesperado que no te quedan más opciones, no sé si se puede hablar de heroísmo.

Hemos vuelto a Villa A, Jon, Enrique, Rolando y yo. Pensé que Enrique se quedaría en Berlín, esa intención tenía, pero Rolando se reunió con él a solas, y al final se unió a nosotros. No he hablado con él. Desde aquel suceso con la Madre, aquella intimidad forzada y engañosa que tuvimos, no hemos vuelto a ser los mismos. Quizá algún día...

También nos hemos traído a Elsa. Estando su padre muerto, qué íbamos a hacer. Solo espero que Jon haya aprendido algo y no me vuelva a dar un susto antes de tiempo.

En Villa A todo parece tan tranquilo... He elegido ese cuadro de Monsted para el gráfico porque es así como veo el mundo, con esa bellísima luz que hace pensar en un nuevo comienzo, una nueva oportunidad. Seguro que tendremos que cuidarnos bien de posibles amenazas, pero al menos ya no tenemos una sensación de peligro inminente continuo, como antes. 

Mi madre, Bea, y el doctor Contreras estaban bien, y muy felices de vernos. Con ellos encontramos media docena más de personas, refugiados que se habían ido quedando, en vez de seguir su deambular hacia ninguna parte. Ahora formamos una pequeña comunidad. Creo que reorganizaremos el Pueblo B, que es el más cercano, para poder alojar a más refugiados. En Bilbao las cosas siguen problemáticas, pero por culpa de los humanos, aunque se habla de un ejército de zombis en Derio, donde estaba el cementerio. Al parecer, se ha convertido en un lugar tremendamente peligroso.

Rolando tiene intenciones de ir y venir, como hizo en el comienzo de nuestra aventura. Sé que le necesitan. Los seres humanos, sin consideración de raza, país o religión, necesitan crear una nueva forma de gobierno que, espero, será mejor que la que teníamos. Ha intentado convencerme para que me una a ellos, que viaje con él, que sea parte activa de ese resurgir. Pero... Es que no, no me veo. Concibo el mundo como círculos que se superponen, y prefiero los límites cercanos y conocidos.: mi pareja y mis hijos, mi familia, mis amigos... No me da para nada más. No me gustan las multitudes, no me gustan las generalidades. Prefiero quedarme en mi huerto de Villa A y pasar mis horas hablando con aquellos que de verdad me quieren.

No, mi tiempo de salvar el mundo ya ha terminado. Me quedaré aquí. Pero, incluso así, seré parte de ese nuevo ciclo que empieza. 

Exactamente igual que tú.

2 comentarios: