lunes, 16 de mayo de 2011

Lunes de Tocata y Fuga

Ya estoy en otro sitio, en la pensión a la que solía venir con Julián cuando éramos unos críos y no teníamos dónde meternos ni podíamos pagarnos nada mejor.

Así me encuentro, cómoda, relajada, como esta Figure Study de Santiago Rusiñol, dispuesta ya a un merecido descanso, si no se tercia otra cosa. Y es que ha sido toda una proeza, sobre todo traerme conmigo a Beatriz y a Jon, Rosa María incluida, sin que pongan (de momento) demasiadas pegas, y eso que apenas les he dado explicaciones.

Pero, primero, tenía que conseguir despistar a mi madre. Mi padre pasa casi todo el día entre fábricas y reuniones, sólo viene a casa a comer (y no siempre) y a cenar. Mi madre es la que anda últimamente volcada en Beatriz y en Jon, siempre dando vueltas a su alrededor, y ya me imaginaba yo que, si intentaba salir con ellos, sin prepararlo todo bien, supondría un problema. Querría venir, seguro.

De modo que, lo mejor para la fuga era llevarla a cabo en uno de los viajes al colegio, a llevarles o a recogerles. Suele hacerlo siempre Tiberio, el chófer ecuatoriano, pero hoy he dicho que iba yo y que luego recogeríamos a Javier, en la Universidad, para hacer unas compras antes de la cena. Es verdad que, en circunstancias normales, mi madre se hubiese apuntado de inmediato a semejante plan. Evidentemente, no hay nada que le guste más que sacar a pasear la tarjeta de crédito.

Pero, he sido astuta y me he adelantado, dejándole caer a Beatriz que la idea era comprarle a su abuela un regalo, como agradecimiento por habernos recogido tras el incendio, ofreciéndonos alojamiento todo este tiempo.

Por supuesto, la cría, que es incapaz de guardar un secreto (tiene diez años, qué se puede pedir), se lo ha dicho entusiasmada y, por tanto, mi madre se ha tenido que quedar en casa, haciéndose la sueca, como que no sabía nada. No era apropiado que insistiese en venir, ya que tenía que ser una sorpresa.

La única que ha tenido cierta idea de que algo raro pasaba ha sido Rosa María. He necesitado su ayuda para llevar las mochilas y la bolsa de viaje que tenía preparadas hasta mi coche. Le expliqué vagamente que estaba pensando alquilar un piso, dado que mi madre insistía en echarla (eso la predispuso más a mi favor) y le pedí que, si la descubrían con el equipaje, dijera que tras pensárselo bien, había decidido irse, enfadada por el amago de despido del otro día. Pero, vamos, nadie se ha dado cuenta de nada.

Jon se ha sorprendido mucho al ver que íbamos juntas a recogerle. Y Beatriz también, más aún quizá. Ha arrugado el morro cuando le he dicho que había cambio de planes y no le íbamos a comprar nada a su abuela por ahora, aunque como se lleva bien con Rosa María se han entretenido jugando al "veo, veo" en el asiento trasero.

Jon me ha estudiado de reojo durante mucho rato, antes de preguntarme qué pasaba. Le he pedido que confiase en mí. No sé si lograré entretenerlo mucho tiempo.

Julián no estaba en la pensión, aunque había dos habitaciones reservadas a mi nombre. En una, la de cama de matrimonio que usábamos en otros tiempos, había un sobre encima de la colcha, con dos cerezas. Me las he comido mientras examinaba el contenido. Diez mil euros en metálico, si no he contado mal. Una buena cantidad, para imprevistos.

En la habitación de los chicos había más regalos: un collar en cada camita, uno de shakiras auténticas peruanas, que le ha encantado a Beatriz, y el otro una tira de cuero con un diente de tiburón blanco. Jon lo ha girado entre los dedos, pensativo, y me ha mirado. Creo que ha sido en ese momento cuando ha empezado a considerar que realmente no vamos a volver a casa, pero no le he dado tiempo a hacer preguntas. Tenía que salir, así que le he pedido que se ocupara de que todo iba bien en mi ausencia, que no tardaría.

Ese ha sido el momento más difícil, cuando les he dejado en la pensión y he ido a aparcar el coche a otro lado, lejos. No quería que lo localizaran en las cercanías de la pensión, de modo que lo he metido en un parking, en el Ensanche, y he vuelto en taxi hasta una zona cercana, no a la misma puerta del sitio. Menos mal que Bilbao es una ciudad pequeña y no he tardado mucho, no quería dar demasiado margen a que se les ocurriese llamar a sus abuelos o decidir que querían volver a casa.

Por eso he vuelto corriendo, casi con la lengua fuera. Y, para regocijo de mis secuestrados, he llevado refrescos, unas hamburguesas y una pizza.

Estaban viendo una peli en el portatil de Jon, los tres tumbados en una de las camitas. Creo que debo agradecerle a Rosa María el hecho de que estuvieran de tan buen humor, disfrutando de la situación. Se lo han tomado como una especie de vacaciones imprevistas, o algo así. Genial, porque eso me dará un margen. Al menos, hasta que Beatriz empiece a aburrirse (no tardará en ocurrir, es una niña demasiado movida) y los otros empiecen a querer saber en serio qué pasa. Bueno, qué digo, imagino que Jon me asediará con sus preguntas en cualquier momento.

Aprovechando que Beatriz se fue al baño les he hablado a Rosa María y a Jon de cómo organizarnos en las habitaciones. Según mi punto de vista, las opciones eran exclusivamente dos: Rosa María conmigo en el otro dormitorio, o Jon conmigo en el otro dormitorio. Jon, claro, propuso la opción alternativa de Beatriz conmigo en el otro dormitorio y ellos felices, pero ni de coña. En esta pensión fue concebido él cuando yo tenía una edad muy parecida a la que tiene ahora, me conozco bien el percal, las risas inmediatas y las consecuencias duraderas. Y no me da la gana de complicar más las cosas ahora mismo.

Al final el asunto ha quedado en que confío en que me daban su palabra de que se comportarán esta noche, quedándose los tres allí. Rosa María y Beatriz dormirán en una cama, Jon en la otra, y el Espíritu Santo en medio, como decía mi madre (bueno, lo decía respecto a bailar agarrado, claro, sobre la necesidad de mantener las distancias, una ahí, el otro allá, y en medio el espíritu santo, alucinante).

Qué lamentable, de verdad que me odio cuando me tengo que poner en este plan mojigato-adulto. Como si no fuera normal que tuvieran ganas de liarse locamente, con la edad que tienen. Es cuando deben hacerlo. Y, luego, seguir haciéndolo, y disfrutar de la vida. Pero ahora no quiero tener preocupaciones añadidas.

Además, no me ha importado mucho que el reparto quedara así, lo admito. Está claro que no pierdo la esperanza de que Julián venga esta noche y prefiero estar sola en mi dormitorio. Y no sólo por la necesidad que tenemos de hablar. Personalmente, mis necesidades son muchas, variadas, y muy intensas.

Qué susto, precisamente acaban de llamar a la puerta. ¿Será él? Ojalá. ¿Dije, al comienzo de este artículo, que estaba cómoda y relajada? Eso pensé, por puro agotamiento, al quedarme sola y conectarme. Pero ahora mismo, para nada. Tengo el corazón que se me desboca.

Voy a abrir.

3 comentarios:

  1. GRACIAS `por seguirme....He léido varios de tus comentarios y...¡me has enternecido! Yo te doblo y más en la edad....Y dicen, y lo creo, que empecé ya con Alzeimer....Escribes muy bien; me gustaría que encontraras mi Curriculum vitae, es menos de la mitad de mis apuros; que te ayude a ser muy valiente: TIENES un don grande de que carecen infinidad de "jurisdtas" : sentido común, poco común...TE DESEO TODO LO MEJOR. Un beso. Te quiero.

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  2. Muchas gracias, Francisco, eres un sol. Ojalá hubiese más gente así en el mundo, cariñosa y sensible. Intento razonar, pensar las cosas... pero no te creas, lo del Alzheimer es algo que todos nos lo planteamos más de una vez, qué cabeza esta, jaja. Abrazos, nos leemos.

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  3. ...traigo
    sangre
    de
    la
    tarde
    herida
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazón
    para
    invitarte
    y
    darte
    este
    alma
    que
    viene
    para
    compartir
    contigo
    tu
    bello
    blog
    con
    un
    ramillete
    de
    oro
    y
    claveles
    dentro...


    desde mis
    HORAS ROTAS
    Y AULA DE PAZ


    COMPARTIENDO ILUSION
    REBECA

    CON saludos de la luna al
    reflejarse en el mar de la
    poesía...




    ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CARROS DE FUEGO, MEMORIAS DE AFRICA , CHAPLIN MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.

    José
    Ramón...

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